Hoy tenía pensado actualizar el blog con una entrada como la de cualquier otro mes, contando un poco lo que había hecho últimamente. Mucho panel después del viaje, con alguna salida a blocar o escalar los fines de semana, pero claro, cuando te dan noticias como la del sábado por la mañana te das cuenta que todo esto carece de sentido.
En muchas ocasiones nos preocupamos en exceso por cosas tan nímias como que una vía no nos sale, que este curro no me deja tiempo para escalar, que voy al proyecto y no hace condición, y no nos damos cuenta que al preocuparnos por estas "tonterías" es, que realmente no tenemos ninguna preocupación y no es justo que lo hagamos, ya que la vida es un regalo y tenemos que valorar que estamos viviendo al máximo aquello que nos apasiona y eso es suficiente para ser felices.
El destino se ha llevado de una forma, para mi, injusta e incomprensible a uno de los más grandes escaladores de nuestro país. Aunque nunca fue muy mediático, sí era uno de los grandes entre los escaladores de primer nivel, para todos muy querido por su bondad, motivación y su incansable sonrisa que le acompañaba a cada sector. No sólo era un grandísimo escalador sino también un grandísimo profesional, lo que le llevo a ser mando en el cuerpo de Bomberos de Vitoria con tan solo 27 años, una carrera que apuntaba muy alto y que la vida, en ocasiones injusta, se encargo de arrebatarle.
Un fuerte abrazo a sus familiares y amigos cercanos (que son muchos) sé los momentos tan duros por los que estáis pasando, desde aquí todo mi cariño, y a ti Mikel allá donde estés, descansa en paz, siempre estarás presente en nuestros corazones.
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